miércoles, agosto 14, 2013

Alegría que no la apatía


Vaya que cuesta ser constante cuando menos lo espera uno termina sin más, dejando pasar unos tres o cuatro días sin escribir y qué decir de las fotografías diarias, todo una falla.

Más me valiera no ser tan exigente, al fin y al cabo de lo que se trata es de constancia, aunque he de exigirme calidad.

Ya es hora del descanso, y de dejar de pensar en las acciones mal venidas y las reacciones mal llevadas, recordad entonces la alegría, que no la apatía.
A dormir y arrepentirse...

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