Una noche fuera de casa, semejante a no claudicar en las instancias de la fe.
Aunque en promedio suelo ser clara, sé que últimamente no he sido así. Trataré...
Hoy más que todos los días de mi vida me he dado cuenta de la utilidad de ser médico. Estoy fuera de casa, en un hospital y yo no soy la enferma. Me encantaría poder ser la que ayuda a hacer que los dolientes recuperen la salud, pero me doy cuenta tristemente que es otro más de mis errores. El increíble tiempo ya pasó y ahora solo me resta trabajar con las herramientas que escogí, tantos desatinos he tenido que no me queda mas que solicitar ayuda e inspiración del Espíritu Santo para hacer mejor cada día lo que hago.
Sería más plena si pudiera saberme en el lugar escogido por Dios para mi, me gustaría muchísimo más concretar como es debido la tarea de los motivos de mi existencia y que mis aspiraciones concuerden con mis talentos y carácter.
En fin, un día fuera de casa y todo parece claro, como la posibilidad de una medicina de Dios.
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